Nunca me caractericé por tener mis cosas organizadas. En realidad siempre sé dónde tengo o coloqué cada cosa.
Cuando estaba haciendo mi doctorado mi hijo se sorprendía porque a veces lo llamaba por teléfono y le decí, del monitor para la puerta, en la tercera pila de fotocopias, más o menos a la mitad, fijate si hay .... Primero se enojaba porque cómo lo iba a llamar para buscar algo en un lugar que era sólo mío y que sólo yo entendía lo que había. Segundo, cómo era posible que supiese, que en el medio de exactamente esa pila de fotocopias hubiese un determinado documento... Al final lo encontraba y se sorprendía de mi memoria...
Hoy, unos cuantos años, después a veces no me acuerdo ni dónde estoy parada o qué es lo que estoy haciendo en un determinado lugar con alguna cosa específica en la mano. Tipo. Qué estoy buscando en la heladera? AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Situaciones como esas me exasperan, porque no soy tan mayor así y... como me dijo mi homeópata, hay algo de miedo a la vejez. Puede ser. Pero no es eso lo que estoy discutiendo en este post, ya me fui por la tangente.
El hecho es que hace una semana, después de trabajar con el mini medallón propuesto por Graciela en el grupo de facebook "Cosemos juntas?", me avergoncé de cómo estaba mi escritorio/cuarto de costura. Así que me puse a colocar orden.
Debería haberle sacado una foto al antes y al después, pero para que tengan una idea, cuando ya había comenzado a organizar algunas cajas con telas, el cuarto estaba así:
Literalmente un quilombo. En algún momento pensé en desistir porque veía que lo que había previsto para hacer en dos días, en realidad me llevó un poco más. En total fue una semana (no porque estuviese todo patas para arriba, sino porque sólo podía dedicarle 2 horas por día. Salí, compré cajas plásticas y fui sacando las telas de las cajas plásticas, de las de zapatos y de los estantes donde estaban apiladas (había telas por todos lados). De a poco, todo pareció encajarse y conseguí este resultado.
Debería haberle sacado una foto al antes y al después, pero para que tengan una idea, cuando ya había comenzado a organizar algunas cajas con telas, el cuarto estaba así:
Literalmente un quilombo. En algún momento pensé en desistir porque veía que lo que había previsto para hacer en dos días, en realidad me llevó un poco más. En total fue una semana (no porque estuviese todo patas para arriba, sino porque sólo podía dedicarle 2 horas por día. Salí, compré cajas plásticas y fui sacando las telas de las cajas plásticas, de las de zapatos y de los estantes donde estaban apiladas (había telas por todos lados). De a poco, todo pareció encajarse y conseguí este resultado.
Casi todas las telas fueron organizadas por color. Las de navidad o los recortes para hacer las guardas en los repasadores fue por tipo. Me pareció que de esa forma, cuando las buscase, las encontraría mucho más facilmente.
Aproveché y destiné unas cajas a las puntillas, cintas, hilos, fieltro, apetrechos para encaje renacentista.También compré una gran caja y conseguí colocar las mostacillas, las piedras, aderezos para llaveros, cordoncitos....
Cambié también la caja de los hilos de costura por una mayor, donde entrasen muchos más porque son como los piojos, o como los conejos: sólo saben reproducirse.
Aproveché unas cajas de pizza sin utilizar y coloqué los proyectos que tengo en marcha. Nooooo, no son sólo esos tres. Son bien más, pero esos tres requerían que los tuviese en cajas para no mezclar las telas ni los hilos. También los rotulé para saber dónde buscar lo que preciso. En este momento, esos proyectos grandes son: la colcha de mi hijo Marcos, el Sal Mon Cahier de Broderie y el de Las manitos de Rocío (ya tengo todas las telas para ampliarle la medida a la original propuesta por ella y, creo, se transformará en una nueva colcha). También en dos cajas plásticas especiales para revistas coloqué los moldes que andaban sueltos por ahí.
Del otro lado del cuarto centralicé las revistas y algunos libros.
En el estante de arriba coloqué otros hilos y dos costureros, además de una muñeca de tela que me acompaña hace unos años.
Por último, hace unos años alguien me regaló unas cajas de lata bien viejitas, de esas en las que los almaceneros recibían las galletitas. Yo las tengo con un montón de cosas. (Voy a reconocerles que no revisé lo que había dentro, con seguridad muchas cosas no me sirven...)
Para finalizar, la mesa, ya bien limpita y organizada, quedó así:
Este fin de semana
tengo que colgar los bastidores de bordado. Encontré una casa que vende
cosas para tiendas y compré unos ganchos especiales que, adaptados, me
van a servir para tenerlos colgados a todos juntos.
La verdad es que estoy muy contenta con la tarea realizada.Como premio, me compré una base de corte mayor, que acomodé al lado de la viejita para que se vayan acostumbrando a trabajar juntas!!!!!
Perfecto!!! Quedó bárbaro todo! Qué buena organización!
ResponderExcluir