sábado, 12 de abril de 2014

Té de Bebé

Hace 1 semana recibí un mensaje diciendo: "dá uma forcinha e tenta ver se vcs vem ao chá de bebé da Lavinia. Vai estar a família toda. Eles estão querendo ver vcs". Traducción: hacé una fuercita e intentá ver si ustedes vienen al té de bebé de Lavinia. Va a estar toda la familia. Ellos quieren verlos.

Claro que la invitación por sí sola me emocionó. Lavinia todavía no nació y ya hay un montón de gente torciendo por ella.
Es la hija de Queile. Con ella tenemos una larga historia. La conocemos desde el año 95. Fueron nuestros vecinos durante 3 años y en su familia encontramos el cariño y los mimos que precisábamos por estar viviendo lejos de los nuestros y solos. Es gente simple, muy humilde, pero con la honestidad suficiente para que nos sintiésemos a gusto, como en nuestra casa. Queile fue la mejor amiga de mi hijo Marcos durante su infancia. Los fines de semana, cerca de las 7 de la mañana la escuchábamos en la puerta: tíaaaaaa, Marcos se levantó????? Marcoooooosssssss, vamos a jugaaaar?????

Entonces, aunque el tiempo pase y haga bastante que no nos vemos, fue muy halagador que nos hagan, nuevamente, hacer sentir parte de la familia y nos hayan invitado para ese momento tan especial, tan de ellos.

Por eso, para esa princecita preparé una toallita. Fue realmente un placer hacerla y buscarle cada detalle. 

Al principio no había pensado en colocarle un árbol, pero después me pareció que si se lo colocaba le iba a dar más vida.
Entre la puntilla y las aplicaciones le coloqué dos guardas de ondas (no me acuerdo cómo se llaman en castellano). Decidí usar dos colores diferentes de verde y también anchos diferentes. La verde más clara es la más estrecha. La puntilla y las guardas de ondas están prendidas todas juntas y a mano para que no se note mucho del lado revés y que quedase más fino.


También decidí ponerle unas flores de colores diferentes y, a la sunbonnet, una puntilla antigua de algodón en el vestido. No quedó linda?


Como a Queile le encantan los perros, también le puse un perrito.


En la casita, como ventana, utilicé un botón viejo de un saco de mi marido. No quise utilizar ninguna superficie sobresaliente con punta, por el bebé, por eso utilicé un botón redondo y no uno cuadrado o triangular.
 La puerta de la casita la hice con un pedacito de cinta biés ancha. Me gustó el efecto.


Al regalito también le sumamos dos conjuntitos de saquito con escarpines hechos por mi mamá.



Es probable que el saquito rosa le sirva para el año que viene, porque es un poquito amplio. Los escarpines tienen el detalle de una cinta hecha en crochet del mismo tono del saquito. A mí me parece que quedó muy lindo y que a los papis de Lavínia les va a encantar. Con seguridad ahora va a ser una completa princesa!!!



Um comentário:

  1. Todo bello Lili! Como siempre! Me llenaron de ternura los saquitos porque me acordé del conjuntito que le puse a Santino la noche de su nacimiento, tejido por la Poly. Besos y arriba ese ánimo!

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